PAUSA
Una página déspota
infringiendo su desdén
desde una crepuscular calma
desbaratándose altanera
con bufido nocturno.
Sé que mis manos callan,
que no hallaran hervor
en el chasquido del día,
que tendré que cubrirlas
con archivos de sueños
que amarillean mi colchón.
Y es que es verano,
la luna se adueña
del confín impreciso
que
riela su mensaje.
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