- COÁGULO -
Ensangrentadas mantuvimos las
escaleras,
odiándonos los ojos y sellando los
labios
porque ya nada nos quedaba por
decir
que no lamiera los peldaños
mansamente
refocilándose en toda su fluidez
soez
de espanto infinito que nos hería.
Tras tantas carnes y huesos
peldañeados,
puliendo lo fútil en material de
agarre,
sólo la visión congraciada del
escéptico
embelesaba color sin dejarnos
amorfos,
salpicados donde el barro nos
calmará
de todas las dolencias mostradas
públicas.
No deseábamos mostrar la sangre, ni
aún lejos,
porque caímos sin querer ser vistos
mintiendo muchas resurrecciones
que penamos, llenos del azogue de
la culpa,
asombrando el mármol de la
escalinata.
Las espaldas, finalmente, no
tuvieron rostro,
ni siquiera acordonando todos los
pretéritos,
nos quedó el sufrimiento tallado en
las uñas
cuando el hombro esmeril del viento
nos sacudió como chispas tan
efímeras.
Kabalcanty.copyright©
Bueeeenooo. Este escrito me despertó de la somnolencia de tanto poema de flore , amores, abandonos y besitos. Un garrotazo. Una explosión poética......Debí leerlo antes.
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