- DESPROPÓSITO G1679/C14 -
Mirad, mirad bien cómo
se derrama
el rizo de la ola
sobre la mullida acera;
mirad la hipocresía
exultante
de su espuma
televisada
y de cómo los voceros
os inculcan su salitre
entre los dedos
extendidos en la
mortaja de un sol subtitulado.
No, no digáis nada,
callad a la puerta del tugurio
donde se colman los
vasos para los brindis
que enrancian ríos
caudalosos atorando
desembocaduras de
bellos cadáveres hinchados.
Será esa una paz
apabullante, un inciso infinito
nimbando vestigios de
lágrimas proscritas
con la tersura del
corcho
y la ambivalencia de
una pleamar
que hacine todos los
posibles horizontes
en el trazo hueco de
un cigarrillo postrero,
diezmado y flotando en
el dique de la acera.
Cuando el hedor del
destripado cangrejo
nos reboce en la
punzante arena de la playa
y no sepamos responder
a su picazón,
ciegos, errantes,
imposibles,
entonces, quizá sea
entonces.
Kabalcanty©2014
(Foto: George Christakis)
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