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LA BROMA TONTA -
¡Chuli Bob Esponja! Soñaba con él. Me
dormí después de que papá, insistiendo mamá, comprara sándwiches en la
gasolinera para la cena. Íbamos donde la abuela, como otros viernes por la
tarde, al pueblo. Mis papás me contaron que murió, pero era su broma tonta; yo
siempre la veía en la cocina o en el patio. No hablaba pero estaba allí. Como
yo y ellos ahora. Esa tarde que cuento siguieron pesados engañándome. Desperté
con un ruido grande que me movió atrás en el coche. Ellos se hicieron los
dormidos y se echaron mermelada roja en la frente, la mismita con que mamá
decora sus tartas, me di cuenta, y se hicieron los muditos sin mirarme. Como la
abuela, como ahora. Lo supe cuando cogí a Bob y me sonrió con su cara amarilla.
Dormían con los ojos abiertos, muy quietecitos, disimulando. Yo callada,
diciéndole a Bob el secreto de la broma. Después llovió tantísimo que se me
mojó el vestido de lunares. Antes de que la lluvia me mojara los labios, Bob se
alejó de mí flotando, se reía. La abuela, papá, mamá y yo no hablamos, jugamos
a caminar y a mirar, y lo mejor es que ya no voy al cole.
Kabalcanty.
1-10-2012
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