EN HOMENAJE A ELIAS
SENDER(*)
Te distingo en el
centro comercial,
todavía tu Werther en
el bolsillo.
Andas despistado,
cargado de espaldas,
tienes teñido el
cabello y las deportivas rotas.
Te intuyo mirando por
el ventanal
(hermoso día de
primaveras perdidas)
acaparando un
horizonte que custodian edificios
y pendiente de un
beso que nunca tomaste,
que se secó sobre
amarillentos folios,
ni siquiera hoy polvo
de incineradora.
La megafonía te
incita al movimiento,
mas tu quietud es tan
glacial, tan sincera,
que sólo vibra la
telaraña de tu boca
embromando el fútil
paseo del arácnido.
El ridículo cartel de
“rebajas”
oscila en esa mano
que llevó la mía
en el alud de
tribulaciones veinteañeras
sobre ríos en verso
donde los días
estaban tan henchidos
que faltaban horas.
No deseo tocarte para
no sentir tu indiferencia,
ni hablarte para no
escuchar tu infinito silencio,
ni siquiera me sirve
ya la prudente lejanía
que me aprisiona en esta negación marmórea.
Porque te reconozco
en el centro comercial,
todavía tu Werther en
el bolsillo,
con mis compras en
bolsas que parapetan
esta osamenta que
también es tuya.
(*): Personaje
ficticio de mi adolescencia, mi primer personaje, del que perdí todo rastro
escrito.
Kabalcanty©2011