- A DARIO
HERNÁNDEZ -
¿Con cuantos gintonics tejimos el
andamiaje de la noche en el Café Barbieri?
¿Cuantos abalorios tallamos para
que nuestras charlas no se esfumaran con
el hielo de nuestros vasos?
¿Cuantas miradas brindamos, entre
óleos y versos, a las farolas lunares con los
ojos enrojecidos?
Tanto tiempo y aún jugando, viejito
Darío, al tula con los escaparates rancios
que todavía vibran nuestro reflejo.
Todavía tantísimo, cuando la
memoria cuartea las imágenes, colega Darío.
Kabalcanty©2012
(Lienzo de Darío Hernández)
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