"...Ella se puso de costado sobre el lecho y se abrazó su menudo cuerpo.
Miraba la presencia artificial de la noche a través de los resquicios de la
persiana. A sabiendas, como todas las noches, dejó escapar la liana de su
tercera mano violácea, transparente al trasluz de las luces de la calle, y
elevó sus pómulos en una sonrisa cuando la vio rondar el marco de la ventana y
apalancar la persiana para contonearse entre Ella se puso de costado sobre el lecho y se abrazó su menudo cuerpo.
Miraba la presencia artificial de la noche a través de los resquicios de la
persiana. A sabiendas, como todas las noches, dejó escapar la liana de su
tercera mano violácea, transparente al trasluz de las luces de la calle, y
elevó sus pómulos en una sonrisa cuando la vio rondar el marco de la ventana y
apalancar la persiana para contonearse entre las sombras..."
(De mi libro "Breviario baladí", http://Kabalcanty.bubok.es)
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