MENTIRA
Así,
como el mal pensamiento de la franqueza,
como
el gusano de la confianza,
la
premonición del vuelo de una daga,
o
el salpullido de pretextos ruborosos,
así
te revistes endomingada,
estoicamente
cruel,
por
paraderos de dicha.
Te
llenas la panza de tu sempiterno embarazo
con
lenguas de víbora de una sola pieza,
con
ojos de cristal,
con
oídos encerados,
con
caricias callosas.
Eructas
y sigues eructando tras la buena digestión,
elevando
una cortina de hediondez
sobre
las carnes flácidas
del
demagogo urbano, nacional o mundial.
Y
así, con estos y otros sacrificios,
te
seguimos venerando,
haciendo
de tu diaria negación
tu
propia imagen.
Kabalcanty©1981
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