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JULIO, 1982 -
Tropezamos con el halo de la Luna,
riéndonos como jamás nos
escuchamos,
tus senos hermoseando tu escote,
mis manos lerdas derramando el
vaso,
el asiento incómodo,
juntándonos.........
Luego, nos mentamos con la lengua
al instante en el que las brujas
lustraban la brújula de sus
escobas,
cuando, liberada la rosa de los
vientos,
se oyó un vaivén bajo nosotros
demorado y lujurioso en la mirada.
Renacidas las calles, más
transitables,
los neones eran guiños chispeantes
colgándonos de la barbilla altivos
y la cola del tumulto sólo color,
amarillo, verde, rojo, azul,
mansamente discurriendo las calles.
El final, la apoteosis del
comienzo,
sin que importara un auto
desdentado,
sólo del roce súbito de labios
prendió el titular sur de la
alameda:
ungido por el halo de mi Luna.
Kabalcanty©2012
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