Embelesados mirábamos el destino,
un juego sencillo que amanecía
constante
como una esperanza seductora.
Al alcance, se velaba y desvelaba
entre un silbido melódico de viento
y un aroma reciente de mar.
Asentimos y dimos dos pasos
tumultuosos, atronadores, audaces,
resonando entre el paisaje
hasta sacudirlo con levedad.
En seguida se escuchó un portazo
y cuatro vueltas de llave
apresuradas.
Kabalcanty.copyright©
Todos, todos tus poemas hasta la última letra gritan calidad y una estética impecable que traza imágenes nítidas ante los ojos del lector mientras mueve su parte límbica con las asociaciones que hace a juro entre su propia historia y tus palabras. Te felicito, amigo. Es un placer conocerte. Dejo este breve y sincero comentario aquí, pero en realidad compete a cualquiera de tus hijos en el blog y a este en su conjunto. Abrazo.
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