Miro esta mentira
mundana
enfangado en lo
cotidiano hasta las cejas.
Una risa, un apretón
de manos,
un abrazo soslayando
el reloj,
el hollín de las
promesas
tostando un ápice de
claridad,
un beso plegado
retorciéndose
bajo la puntera de un
zapato,
un cielo vítreo y
desmantelado
mostrando los despojos
de los dioses,
un sol catapultando
flechas,
aquella ventana rota
vertiendo
otro paisaje
quebrado.........
Escucho voces (la mía
propia, irreconocible)
y acabo deshojando
margaritas cobrizas
con millones de pétalos
de cuarzo.
Después vendrá otro
día,
y otro y otro y otro.
Kabalcanty.copyright©
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