- MÁS DE 1500 DÍAS DESPUÉS -
"... Ha llegado muy pronto ese
momento
que juramos mil veces retrasar, el
momento
en que estar entre amigos es hablar
con nostalgia
de lo que fue en su día ser
amigos..."
(De
"Las últimas cenas", Vicente Gallego)
A lo largo de la mesa
éramos siete apóstoles
de barro
que reíamos en pasado
sin querernos
descreer, todavía.
Nos engrandecíamos sin
mesura,
como si la palabra no
contuviera hecho,
demorándonos en una
instantánea
que nos desenlazaba
vivos,
intactos tras la
carcoma del tiempo
y tan de carne y hueso
como creíamos
ambicionar.
Hubo quien exageró y
afinó el sarro del óxido,
quien presagió una
unión inmortal,
o quien sopesó la
desgracia ajena
para sentirse
escurridizo en su marasmo,
y hasta quien o
quienes, no lo sé,
que supusieron la
abolición de su soledad
en la vivencia de
fuego de un fósforo.
Pero, a la postre,
tornamos al olvido
y nos desvanecimos sin
decir o diciendo.
Aquellos porque
tropezaron con la mesa,
estos por sibilinos
consortes del reflejo
que mermó al paciente
ocaso,
otros por exhibirse
camaleónicos
sobre una pasarela de
expectación desértica,
y todos al fin y al
cabo
remezclados en un
guiso incomestible
sin vocación de
paladar alguno.
Ahora a lo largo de la
mesa
se confita el polvo,
se ofrece desigual a todas
las ausencias,
a los que braman
esperpénticos
al cauce de su fluido
barro,
y a los que airean
firmes
su incongruencia
enajenada
a mediodía, levante,
poniente o tramontana,
con viento aún, viento
y anhelo.
Y es que a lo largo de
la mesa
nunca hubo casi nada.
Kabalcanty©2013
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