viernes, 26 de octubre de 2012

POR LA BRUMA





POR LA BRUMA
(A Pilar Sierra Hurtado)


Como el beso ruborizado
que cediste bajo la almohada
en la malva madrugada
dónde nació el recuerdo,
tachonado de ahogados gritos
portadores de regresos sombríos,
                                                 difuminados,
en el quid de la razón.
Como la gasa,
festoneada de mosquitos,
techando febril amarillez,
desenfadada al contagio,
impasible y sólida
de muerto en muerto.
Como la promesa ardorosa
con su llama fugaz
sobre el papel del tiempo,
calcinando bocas y manos,
jadeos y suspiros,
ayes y dudas,
en espera del flujo del carámbano,
próspero conocedor de desencantos.
Como la sed,
ocultada en agua,
galopando sensaciones
de ininterrumpido deseo
por saciedades ausentes,
reconfortadas en vacuas utopías.
Como la niebla de tu cuerpo,
de tu voz,
de tu esencia,
de tu eterna lejanía.

(Kabalcanty. 1991)

jueves, 18 de octubre de 2012

NOCHE EN LA CIUDAD






NOCHE EN LA CIUDAD


Cae pesada la luz sobre la barra.
Coca-cola y coñac, monocorde mansedumbre,
hastiada por deseos chispeantes de estrellas,
milenarias,
remotas,
tristes,
insondables,
que esperan, escépticamente firmes,
la mano que abrace sus caderas cristalinas.
Una pícara mirada.
Una mujer.
Una fugacidad en la noche,
atiborrada de humo y densa luz de neón.
Una sonrisa.
Un guiño.
Un desvanecimiento en el fondo de un equilibrio.
Momento indeciso.
Una huida.
Vuelve soledad.
De barra en barra.
De gesto en gesto,
cada vez más gris,
ingrávido,
altisonante en el yo más epidérmico,
se piden vasos con néctar de vida.
Puede que se hable, balbuceando, seguro,
en el ámbito capsular de la blanca,
negra negrísima,
mate,
adormidera.
Sentado y en pie,
sin reposo alguno
en lo demás.
                        -En el antojo
                         de un instante-
Un cuadro.
Unos ojos.
Una expresión.
Un fugaz pensamiento.
Una tristeza lúcida.
¡Qué sé yo!



Una mancha trepadora......
Luego, la cama y el sueño alcoholizado.
Se diluyen los recuerdos tras los párpados
como pérdidas alcanzables al día siguiente.

(Kabalcanty. 1992)

sábado, 13 de octubre de 2012






CON LA GIOCONDA

(A Pilar González Carvajal)


Quizá sea su soslayada ironía
pendiente de esa estática mirada,
repantigada en morbo,
prometedora de eternas perezas.
Tal vez su preludio escotado,
augurando senos aureolados
para el relax de la libido
entre praderas de sábanas.
Sea acaso su difuso ámbito,
alentador de resortes de barro
dormidos en la placidez del encantamiento,
transportador fiel de mi alma
al encuentro de su complacencia
en el país visitable del lienzo.
Sean sus manos yertas,
voladoras ávidas de caricias
de un amor enclaustrado por óleo
y necesitado de la mano
que quiebre el vínculo opresor
que le une a frígidas paredes.
O quizá la palidez de sus labios
ocultos en un pespunte de recato,
o lo umbrío de sus pómulos,
o mi enigmática embriaguez
lo que la vislumbra turgente
entre los recovecos de mi cama.


(Kabalcanty. 1992)

martes, 9 de octubre de 2012

DICOTOMÍA






(Fotomontaje Kabalcanty)






- DICOTOMÍA -



En el vientre de las tormentas
parió el rayo sin escrúpulos.
Fumaba cuando me miró irónico,
desmoronándose el lodazal del proscenio,
y me lanzó, voz grave, rasposa,:
"Seremos tantos en ti
que acabarás no reconociéndote"
Luego, me acudió la vida
urgiéndome el relieve invernal
que escurriría lluvia en la tormenta.




lunes, 8 de octubre de 2012

DE TIEMPO












DE  TIEMPO


-I-


Dejarse llevar
como fragilidad al viento.
Beberse uno,
año a año,
en los sorbos cotidianos.
Sin querer.
Sin poder,
en la impotencia
de la elección.
Andarse escamoteando
en las palabras
y sentirse personal
en el ámbito
que el papel moneda
tenga a bien encasillar.
Escucharse los ayes
tras la espesa cortina
de la prisa,
de la obligación,
del principio.
Aferrarse a tanto
sabiéndose tan poco.
Depositando los sueños
en los recodos
del ocio
                      para sentirse todavía.
Refugiarse
en ocho horas,
haciendo próspera
la panza del aburrimiento.
Quererse mucho
y negarse confeccionándose sayos,
más sayos,
hasta engrosarse tanto
que sería cansado,
desmitificador,
desarroparse,
observarse a la claridad.


Mientras tanto,
envejecerse y
morirse.




                              
-II-


Como arruga solapada,
                   tímida,
que crece tácita y rugosa,
                   imprevista,
tejiendo laboriosa tela,
                   íntima,
en el reducto de una lágrima,
                   cansina.


(Kabalcanty. 1992)

viernes, 5 de octubre de 2012





En fin
los desastres la volvieron
majareta y desazonada
Pero
cerremos la boca de una vez
y dejémonos estar
en una suspendida lágrima
que jamás tome conciencia



Ya no llueve en ningún lado
¿Lo ves?
Por allá prevengo luz de amanecer
evidenciando el misterio nocturno
con su risotada solar
Allá en la lejanía
¡Más allá!
¡Todavía más!
¿Ves aquella sombra escarnecida
huir de su apariencia fantasmal?
¿Ves aquella sospechosa pisada
volar invisiblemente su terror?
¿Oyes la horda de susurros
 desvanecerse en un escéptico murmullo?
Tu insomnio
                                    locuacidad de hastío
                                    despropósito de enmienda
te ha despertado
otra vez

(Kabalcanty. 1993)

martes, 2 de octubre de 2012

DE TIEMPO






DE  TIEMPO


-I-


Dejarse llevar
como fragilidad al viento.
Beberse uno,
año a año,
en los sorbos cotidianos.
Sin querer.
Sin poder,
en la impotencia
de la elección.
Andarse escamoteando
en las palabras
y sentirse personal
en el ámbito
que el papel moneda
tenga a bien encasillar.
Escucharse los ayes
tras la espesa cortina
de la prisa,
de la obligación,
del principio.
Aferrarse a tanto
sabiéndose tan poco.
Depositando los sueños
en los recodos
del ocio
                      para sentirse todavía.
Refugiarse
en ocho horas,
haciendo próspera
la panza del aburrimiento.
Quererse mucho
y negarse confeccionándose sayos,
más sayos,
hasta engrosarse tanto
que sería cansado,
desmitificador,
desarroparse,
observarse a la claridad.


Mientras tanto,
envejecerse y
morirse.




                              
-II-


Como arruga solapada,
                   tímida,
que crece tácita y rugosa,
                   imprevista,
tejiendo laboriosa tela,
                   íntima,
en el reducto de una lágrima,
                   cansina.


(Kabalcanty. 1993)