jueves, 29 de diciembre de 2011
VAMPIRO
jueves, 22 de diciembre de 2011
LAS ERAS DE MIS NAVIDADES
domingo, 18 de diciembre de 2011
SER VIVO
martes, 13 de diciembre de 2011
POSIBILIDAD
miércoles, 7 de diciembre de 2011
VIAJE DE IDA
sábado, 3 de diciembre de 2011
Kabalcanty dixit: LA MARCHA
LA MARCHA
lunes, 28 de noviembre de 2011
VERONICA LONIS
miércoles, 23 de noviembre de 2011
ANA/LOGÍA
lunes, 21 de noviembre de 2011
UNA JORNADA ELECTORAL
sábado, 19 de noviembre de 2011
FESTIVO
jueves, 17 de noviembre de 2011
EN MEMORIA DEL CANTO DEL AVE CARROÑERA
domingo, 13 de noviembre de 2011
EL MÁS ALLÁ DE LA LECTURA

- EL MÁS ALLÁ DE LA LECTURA -
La barriga hacía oscilar la flecha de su corbata por fuera de la barandilla de su piso céntrico. Contemplaba un esquinazo de la acampada en la plaza, sorbiendo su café, regado con unas gotas sabias de brandy, con cierta molestia que se reflejaba en esa peculiar curvatura de su labio superior que adoptó cuando las gastritis se hicieron tan perseverantes. Lo que le parecía inadmisible es que hubiera, junto a los jóvenes que habían tomado la plaza por asalto, gentes de su misma edad y aún mayores. Su suspiro, tras el último sorbo de café, se enroscó en sus pulmones en una flema que tuvo que toser para despegarla. Entró en la casa y tomó de la mesita baja de madera noble el diario del día. Buscó un articulo en concreto para leerlo con avidez, al tiempo que su labio se destensaba y su barriga acompasaba el vaivén de su pecho. Aunque hacía demasiado calor para ser primavera, cerró las ventanas de golpe, echó las persianas y conectó el aire acondicionado. Se estiró la chaqueta sobre las solapas, ajustándose el nudo de la corbata, antes de teclear el móvil. Al segundo tono, le contestó una voz femenina con la que intercambió una serie de datos.
- ......... Perdón, joven, pero hoy me gustaría que viniera Belén, la universitaria activista, la del tatuaje comunista en el culo.
Tras confirmar la cita, enfiló sus pasos hasta el rosario de su madre, colgado a las espaldas de una Virgen del Rocío pintada por un notario, amigo de la familia, poco conocido por sus dotes artísticas, y lo guardó devotamente, con la delicadeza de lo sacro, en un cajón del escritorio. Sin nada más que hacer, se desabrochó los dos primeros botones del pantalón y releyó de nuevo el articulo del periódico a la sombra de su salón refrigerado.
sábado, 12 de noviembre de 2011
UN EXTRANJERO EN LA FERIA

- UN EXTRANJERO EN LA FERIA -
Este inicio de otoño tórrido me ha acompañado esta mañana en mi visita a la Feria Internacional del Libro, LIBER 2011. Había recibido, unas semanas antes, una invitación de la Editorial Bubok, donde tengo publicados mis libros, y aunque en un principio pensé no asistir, luego cierta curiosidad malsana me hizo cambiar de opinión. A las once de la mañana estaba entrando por el torniquete que me daba paso franco a la Feria. Lo espacioso y desangelado del lugar, junto al enjambre prefabricado que tan pronto siembra una cafetería como un pasillo con cinta deslizante, te hace sentir la provisionalidad como algo tan cercano e inminente que te gustaría en ese momento estar apiñado en cualquier vagón de metro sudando en común. Cuando he atravesado la puerta acristalada del pabellón 6, lo primero que se ha puesto en funcionamiento ha sido mi olfato: el olor a papel nuevo. Es un olor que me place, que pierden los libros en sus primeras y últimas hojas, pero que atesoran muchos años en las páginas centrales. Pasar las hojas de los libros de golpe, como si fuese un acordeón mudo, y aspirar su efluvio es un placer barato que, debidamente predispuestos, puedo hacernos viajar a mil y una sensibilidades.
He tomado el primer pasillo con el que me he topado. Casetillas de libros a izquierda y derecha con fuerte iluminación y mucho panfleto publicitario. Las corbatas en ellos y los trajes de chaqueta en ellas ataviaban el rumor de bocas que se afanaban sobre sus maletines como si en ellos hubiera algún incunable del siglo XV. En la confluencia de los pasillos se erigía la caseta de Rumania, invitada especial en esta edición de la Feria. De la inalcanzable techumbre del pabellón colgaban hilos de nylon con libros prendidos de autores rumanos y me ha venido a la cabeza Herta Müller y sus cuentos tan bellamente poéticos. Al final la he encontrado oscilando en pleno ostracismo y sin alas para volar. Sin embargo, he sonreído cuando he visto la generosa calva sobre la que gravitaba la Müller. He mostrado por los pasillos mi soledad con el pudor que conlleva no hallarse en el lugar adecuado. No creo haber visto a ningún escritor, acaso alguno perdido y sin fama, como yo, rondando alrededor de las editoriales on line, protagonistas irrefutables de la Feria. Portaban, dos o tres que me ha parecido vislumbrar, unas ridículas carterillas negras de polipiel donde se suponía encerrado su bagaje literario y desconocido. Desde luego, no estaban cómodos dentro de su rol, dejando su mirada en un más allá que siempre topaba con unos cortinones azulones que tapizaban la luz exterior. No, allí no estaba la Literatura que amo, simplemente se lisonjeaban entre si las periferias que inevitablemente rodean a todo arte que aspira a entrar en comunidad. El comercio de los autores en sus páginas bullía lo mismo que el parquet de Wall Street en cualquier día de Bolsa. Y no es que me parezca mal esta actitud, la cual supongo necesaria si el autor aspira a vivir de sus libros, sin embargo vista así de cerca, a lo crudo, me resulta tan distante a la creación literaria que no puedo por menos que sentirme personalmente muy distante. Me he visto perdido en un mundo en el que se premia más una llamativa encuadernación que un buen texto, a un autor con un traje de Armani y perilla entrecana que a otro con unos vaqueros y barba a lo Valle Inclán, a un libro en una vitrina de una impoluta y moderna avenida que a otro en un tenderete que monta un parado en una acera cualquiera para subsistir.............
A la salida, entre una nube de fotógrafos y un cordón policial que me ha arrinconado atropelladamente, me he cruzado con el señor Rubalcaba. Un hombre alto y gordón se ha lanzado a saludarle con la mejor de sus sonrisas y una leve reverencia nerviosa. El aspirante a Presidente de nuestra nación ha llegado a soslayarme, bastante después que sus guardaespaldas, y yo he aprovechado para escabullirme por una rendija de la puerta de al lado. En el pasillo al aire libre, he sentido un escalofrío a la altura lumbar al caer en las mientes sobre la cercanía del periodo preelectoral. Cuando he sentido el bravo sol otoñal en mi rostro me he notado más ligero, inusitadamente con menos peso, pero será que hace un par de días me extrajo una muela el dentista.
A PRIMEROS, GLORIA

- A PRIMEROS, GLORIA -
Mi mujer y yo hemos madrugado lo justo (esta vez me ha hecho caso y hemos salido de casa lo suficientemente temprano) para encontrar aparcamiento a la entrada del centro comercial. Lo adecuadamente cerca para coger el carrito y entrar al hipermercado sin agobios. Es primero de mes y todos andamos algo acelerados por conseguir las bonanzas del centro.
Hemos llenado el carro con algunos excesos, pero ¿quién se puede reprimir a tantísimas ofertas? Mi mujer ha comprado un ambientador múltiple externo para la terraza, ya que hay que reconocerlo, tenemos unos olores molestos a fritanga procedentes del bar de abajo de la finca; tres rollos, de colores diferentes, de cinta adhesiva que pega por las dos caras; una capucha reversible y amoldable a cualquier trenka, y papel higiénico impregnado en fragancia lavanda.
Yo he terminado picando en la barra de sonido Dolby-D8, que me quedé con ganas el mes pasado, con diez salidas y vibración inalámbrica; un bate de béisbol con radio FM Digital Sound, y lo mejor, un volante para los videojuegos con wifi y piloto automático.
Lo hemos pagado todo con la VISA y encargado para que nos lo lleven a casa a última hora de la tarde.
Al final, lo que siempre ocurre, nos hemos entretenido demasiado para lo que nos queda por comprar en el piso superior, en el de las tiendas de moda.
Si me gustan estas tiendas de ropa es porque se han adaptado al gusto de todas las edades, todos podemos ir convenientemente vestidos a la moda guardando los límites que cada edad exige. Mi mujer prefiere una moda juvenil y desenfadada, un poco en desacorde con su edad y que yo jamás me pondría. Cuestión de formas de madurar.
Verdaderamente todo nos ha salido baratísimo. Nos hemos reído de lo lindo comentando las compras cuando después nos hemos tomado un refresco en el bar que hay junto a los cines. ¿Quién no se viste de recibo con estos precios? Ella se ha comprado tres pijamas nórdicos auténticos. Si que es verdad que en casa hace mucho calor en invierno (siempre andamos en manga corta pues la caldera de gas natural funciona de maravilla), sin embargo nunca se sabe lo que puede suceder en un momento dado. El vaquero con remiendos de retales floreados es tan original que ya le he dicho que escoja la ocasión para ponérselo sin que llegue a ofender su diseño atrevido, pero fino. Y los botines de doble curvatura en la punta le encajan a medida para su estilo.
Yo tampoco me he quedado atrás. Una ganga de chaqueta sport de lana con solapas de cuero, para cenas informales, por menos dinero que la camisa de doble cuello, escocés y blanco, con botones de raso. Y además unos pantalones burdeos de cinturilla alta y bajo con vuelta, igualitos a los que llevaba ese famoso que vimos el fin de semana pasado por las calles del centro. ¡Auténticos chollos!
Luego, hemos tomado unas hamburguesas deliciosas, para después coger el coche y llegar a casa con tiempo de sobra para recibir la compra que nos traigan del hiper. Ha habido un momento en que nos hemos mirado a los ojos y nos hemos tomado las manos emocionados, tal y cómo hacíamos de novios. Y es que estos días nos unen tantísimo, nos recuerdan tanto que nos queremos, que acabamos riéndonos y besándonos sin ton ni son. Es lo que tienen los primeros de mes.
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VOLVER (VERSOS DESDE UNA FOTO)

VOLVER
(VERSOS DESDE UNA FOTO)
Nunca debí abandonar la bruma
que algodona el puente colgante,
su incertidumbre, su inestabilidad,
su amplia sinceridad inacabada
que intuía el vello de mis piernas
en el vacilar prendido de mis pasos.
Nunca debí colmarme de visibilidad
para cerciorarme del acorazado horizonte
que, arrugado como guiñapo infértil,
atrapa el suspiro de los imbéciles.
Jamás tuve que tomar el respiro
que confundió los aires purificados
con el aliento de pretéritas fauces
que sólo eran el reclamo del eco
que, milenario, zumbaba fantasmal
en el vacío del que me sabía a salvo.
Digo nunca, como veis al frente,
con el entusiasmo del retorno
que sobradamente irrespirable
es morada de cuestionables paredes
que digiero sin forzar mi mudez.
Y DUELE

- Y DUELE -
Sellas tus párpados sin mirarme
y te enrocas a tu espalda
contrayéndote a mis dedos.
La senda de tus besos oscurece
en un invierno tan crudo
que pende su silencio en estalactita.
Sin duda mi muerte no es terrenal,
no yazgo macilento y sin latido,
mas me adornan punzantes lágrimas
que enrejan mis ojos nocivos
y despellejan mis pies enraizándolos
en tamaña quietud que me sepulta.
Tu corta pero afilada distancia
me deja sin ramas, sin dúctil boca
que te amolde a mis palabras,
es el embozo del vacío que huí
cuando me sostuviste con tu sonrisa.
No insinúes mi deriva,
sea tu impronta dolorosa en mi mejilla
y prescindir del relieve de tus ojos,
pero equilibrarte al canto de mi uña,
unívoca, amor de mis amores.