domingo, 13 de noviembre de 2011

EL MÁS ALLÁ DE LA LECTURA


- EL MÁS ALLÁ DE LA LECTURA -


La barriga hacía oscilar la flecha de su corbata por fuera de la barandilla de su piso céntrico. Contemplaba un esquinazo de la acampada en la plaza, sorbiendo su café, regado con unas gotas sabias de brandy, con cierta molestia que se reflejaba en esa peculiar curvatura de su labio superior que adoptó cuando las gastritis se hicieron tan perseverantes. Lo que le parecía inadmisible es que hubiera, junto a los jóvenes que habían tomado la plaza por asalto, gentes de su misma edad y aún mayores. Su suspiro, tras el último sorbo de café, se enroscó en sus pulmones en una flema que tuvo que toser para despegarla. Entró en la casa y tomó de la mesita baja de madera noble el diario del día. Buscó un articulo en concreto para leerlo con avidez, al tiempo que su labio se destensaba y su barriga acompasaba el vaivén de su pecho. Aunque hacía demasiado calor para ser primavera, cerró las ventanas de golpe, echó las persianas y conectó el aire acondicionado. Se estiró la chaqueta sobre las solapas, ajustándose el nudo de la corbata, antes de teclear el móvil. Al segundo tono, le contestó una voz femenina con la que intercambió una serie de datos.

- ......... Perdón, joven, pero hoy me gustaría que viniera Belén, la universitaria activista, la del tatuaje comunista en el culo.

Tras confirmar la cita, enfiló sus pasos hasta el rosario de su madre, colgado a las espaldas de una Virgen del Rocío pintada por un notario, amigo de la familia, poco conocido por sus dotes artísticas, y lo guardó devotamente, con la delicadeza de lo sacro, en un cajón del escritorio. Sin nada más que hacer, se desabrochó los dos primeros botones del pantalón y releyó de nuevo el articulo del periódico a la sombra de su salón refrigerado.

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