viernes, 11 de noviembre de 2011

ESCULPIDOS EN SOMBRA


- ESCULPIDOS EN SOMBRA -

Nos gusta columpiarnos en la noche,

cuando el cansancio de lo vivido

no es solamente ruido y éxito,

y más nos distrae envolver al futuro

en sábanas y dormirlo del tirón.

Casi siempre jugamos a emborracharnos,

tenemos voluntades hedonistas que rebosan,

y vemos a la Luna desmoronando cráteres

que cuando estallan en el jardín

nos llenan de una polvareda picante

que nos hace reír hasta atragantarnos.

A veces hacemos versos con vanidades

y nos los lanzamos, saltando gozosos,

como si fueran bocaditos de merengue,

pues seducen como cometas apresurados

entre todas las sombras conocidas.

Nos tornamos como más sensibleros

cuando aunamos las voces enredadas

y entonamos un ritmo de los Creedence,

que acabamos tosiendo,

y en el climax, esculpidos en sombra,

nos abalanza un Nessun dorma

que lloramos abrazados a Puccini

y malditos en la ventana de enfrente

temblando su fluorescente como una realidad.

Antes que el desgarro sanguinolento

incite a la oscuridad a vaciarse,

suficientemente sobrios y muy recelosos,

nos adosamos a la fisura de un libro empolvado

conteniendo la respiración y fundidos los ojos.

Kabalcanty. 2011.

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