viernes, 11 de noviembre de 2011

TORMENTA URBANA EN ESTÍO


-TORMENTA URBANA EN ESTÍO-

El olor a tierra mojada

endulza el aire contaminado.

Se embravece el cielo:

barrigas preñadas de nubarrones

protestan, emancipándose a la calma.

El flash de un relámpago

inmoviliza fachadas y tejados,

reverbera el asfalto en las pupilas,

hace quicio a una ensoñación

parpadeando al fondo de la calle

como neón miope desnortado.

Blasfema el trueno, empequeñeciéndonos,

todos los demonios encadenados,

todas las injurias de piel celeste,

podridas, llueven fecal barro.

El lienzo del Apocalipsis

desdice nuestro confiado bullir,

nuestros dioses de estampas trémulas,

mudas, sometidas al firmamento.

Pausadamente, la lluvia pule cicatrices,

eructa el trueno triunfal

en una aduana indefinida.

Mi risa la presiento tan torrencial

en el endomingado charol de las aceras

que me apaña una dicha inusitada,

reflotándome al filo de una cloaca.

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