sábado, 12 de noviembre de 2011

HILVANANDO


- HILVANANDO -

(Para Isabel, Sara y Eduardo)

La rueca hila los días

tejiendo celestes, amarillos y rojos,

inocentes besos en comisura,

la bola de fuego que nos rueda,

teje amaneceres abrazados,

sonrisas que tornean surcos,

esperanzas que encalan estrellas,

orgasmos que suscitan arcoiris,

abrazos sobrados de palabras,

y teje que teje el negro de la sombra,

la cola lacrimosa del hilván

que estremece nuestras uñas,

el desaliento que nos renace.

La rueca hila los días,

todas las noches gozadas,

insumisa, sin detener su noria,

asiente dar puntada de tormenta

y encelarnos al relámpago,

nos luce recostados en la Luna

cuando nos creímos deshilvanados,

presos, sin sombra que nos recueste.

(Kabalcanty. 2011)

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